viernes, 6 de abril de 2018

06.04.2018 - Santa Misa en 13tv - Félix Castedo






Palabra de Vida 6/4/18:
«Jesús se acerca, toma el pan»
Mons. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete




Camino Católico

Publicado el 6 abr. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 6 de abril de 2018, viernes de la Octava de Pascua, presentado por Mons. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete, en el cual se comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Juan 21, 1-14:

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice:

«Me voy a pescar».

Ellos contestan:

«Vamos también nosotros contigo».

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice:

«Muchachos, ¿tenéis pescado?».

Ellos contestaron:

«No».

Él les dice:

«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:

«Es el Señor».

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:

«Traed de los peces que acabáis de coger».

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice:

«Vamos, almorzad».

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.


Mons. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete


00:12
Mons. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete: - Buenos días el proceso de consolidación de la Fe en muchas personas es un proceso lento. El Evangelista nos presenta hoy a los discípulos todavía como hombres de la noche, que en San Juan simboliza la ausencia de Dios, la incredulidad, la desilusión, la impotencia. Los discípulos un grupo ha vuelto a Galilea, donde Jesús empezó su tarea Evangelizadora. A iniciativa de Pedro han salido a pescar, la Barca es desde los Comienzos un Símbolo elocuente de la Iglesia. Que continúa la Misión de Jesús, en las Nuevas Galileas del mundo.

00:49
Mons. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete: - Los Discípulos han pasado la noche entera bregando y no han cogido nada. La dura realidad, la monotonía, el cansancio, la impotencia, nos asaltan a todos también en las Tareas Pastorales. Está rayando el alba, alguien desde la orilla les invita a echar la red a la derecha. La echaron y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. Uno de los discípulos el que durante la cena había recostado su cabeza en el pecho de Jesús dio la voz de alarma.

01:22
Mons. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete: - Es el Señor, el Señor que les espera en la orilla con la lumbre encendida y puesta a la mesa. ¿Dónde está hoy el Resucitado? él nos espera en esa orilla de la vida en que palpamos la espesura de la realidad. La dureza de los trabajos y los días tal vez el desaliento. El encuentro con Él, nos da fuerza para encarar las dificultades de siempre, nos empuja a una creatividad nueva. Nos capacita para leer como gracia hasta las situaciones más desesperadas.

01:53
Mons. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete: - Ese desayuno compartido al amanecer en la playa con Jesús en el centro rodeado de los discípulos. El pan cocido a fuego lento y el pescado crujiente a la brasa. No es un signo perceptible de la Resurrección, de la Eucaristía de que todo es posible de nuevo cuando Él está con nosotros.


Santa Misa del viernes de la Octava de Pascua, 6 de abril de 2018




Camino Católico

Publicado el 6 abr. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Celebración de la Santa Misa del viernes de la Octava de Pascua, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Inicio de la Santa Misa y Dedicación


00:04
Musica de la Basílica:

aleluya es la fiesta del Señor
aleluya es la fiesta del Señor
aleluya es la fiesta del Señor
aleluya, aleluya el Señor Resucita

ya no hay muerte ya no hay penas
porque Cristo sigue vivo
la esperanza abierta está
aleluya es la fiesta del Señor
aleluya, aleluya el Señor Resucita

00:51
Padre Don: Félix Castedo:

℣.  En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
℟.  Amen.

℣.  La Paz y la Alegría de Cristo
el Señor Resucitado esté
con todos vosotros.
Y con tu espíritu.

01:03
Padre Don: Félix Castedo:

«Aleluya es la fiesta del Señor», toda esta semana la Celebramos como una Gran Fiesta porque el acontecimiento así lo merece. No ha habido ni habrá jamás, algo tan grande en nuestro mundo como la Resurrección de Jesucristo. Comencemos por aceptar en nuestro corazón esta gran noticia que se nos sigue dando a nosotros hoy. Que es la noticia que nos trae el perdón de nuestros pecados y la esperanza de la vida eterna demos gracias y pidamos perdón por ser pecadores.

01:44
Padre Don: Félix Castedo:

℣.  Señor ten misericordia de nosotros
℟.  porque hemos Pecado contra Ti

℣.  Muestranos Señor Tu Misericordia
℟.  y Danos Tu salvación

℣.  Dios Todopoderoso
Tenga Misericordia de nosotros
Perdone de nuestros pecados
y nos lleve a la Vida Eterna.

℟.  Amén

02:00
Padre Don: Félix Castedo:

℟.  Señor, Ten Piedad
℟.  Señor, Ten Piedad

℟.  Cristo, Ten Piedad
℟.  Cristo, Ten Piedad

℟.  Señor, Ten Piedad
℟.  Señor, Ten Piedad.



02:09
El CORO - Gloria:

GLORIA en Latín

Gloria in excelsis Deo,
et in terra pax hominibus bonae voluntatis.
Laudamus te,
Benedicimus te,
Adoramus te,
Glorificamus te,
Gratias agimus tibi propter
magnam gloriam tuam,
Domine Deus, Rex caelestis,
Deus Pater omnipotens.

Domine fili unigenite, Jesu Christe,
Domine Deus, Agnus Dei, Filius patris,
Qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Qui tollis peccata mundi,
suscipe deprecationem nostram.


Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis.
Quoniam tu solus sanctus,
Tu solus Dominus,
Tu solus Altissimus, Jesu Christe,
Cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris. Amen.



GLORIA en Español

Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias.
Señor Dios, Rey Celestial,
Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre.
Tu que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tu que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestras súplicas.

Tu que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros.
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tu Señor,
Sólo tú Altísimo Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén



03:00
Padre Don: Félix Castedo:

Oremos
Dios todopoderoso y eterno
que por el Misterio Pascual
ha restaurado tu alianza

con los hombres concédenos
realizar en la vida
cuánto celebramos en la fe
por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo

que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios
por los siglos de los siglos

℟.  Amén.

03:38
Padre Don: Félix Castedo:


Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 1-12 1ª lectura: No hay salvación en ningún otro.

03:40
Lectora de la Primera Lectura: - En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, después de que el paralítico fuese sanado, se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y lo saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran en Jesús la resurrección de los muertos. Los apresaron y los metieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde. Muchos de los que habían oído el discurso creyeron; eran unos cinco mil hombres.

Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; junto con el sumo sacerdote Anás, y con Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer en medio de ellos a Pedro y a Juan y se pusieron a interrogarlos:

«¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso vosotros?». Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo:

«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el Nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por este Nombre, se presenta este sano ante vosotros. Él es “la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular”; no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos».


℣.  Palabra de Dios.
℟.  Te alabamos, Señor.

05:40
Lector del Salmo Responsorial:


Salmo: Sal 117, 1-2 y 4. 22-24. 25-27a La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

℣.  La piedra que desecharon
los arquitectos es ahora
la piedra angular.

℟.  La piedra que desecharon
los arquitectos es ahora
la piedra angular.

℣.  Dad gracias al Señor
porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:

eterna es su misericordia.
Digan los que temen al Señor:
eterna es su misericordia.  ℟.

℣.  La piedra que desecharon
los arquitectos es ahora
la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,

ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que hizo
el Señor: sea nuestra
alegría y nuestro gozo.  ℟.

℣.  Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene
en nombre del Señor,

os bendecimos desde la casa
del Señor; el Señor es Dios,
él nos ilumina.  ℟.


Aleluya Sal 117, 24 Aleluya, aleluya, aleluya.

06:55
Lectora del Aleluya, aleluya, aleluya:

℣.  Aleluya, aleluya, aleluya

℣.  Este es el día que hizo el Señor;
sea nuestra alegría
y nuestro gozo.  ℟.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.


  Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14 Evangelio: Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado

07:32
Padre Don: Félix Castedo:

℣.  El Señor esté con Todos Vosotros.
℟.  y con tu espíritu

℣.  Lectura del Santo Evangelio según San Juan.
℟.  Gloria a ti Señor Jesús.

07:42
Padre Don: Félix Castedo:

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice:

«Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo».

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice:

«Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron: «No».

Él les dice:


08:31
Padre Don: Félix Castedo:

«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:

«Es el Señor».

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:

«Traed de los peces que acabáis de coger».

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice:

«Vamos, almorzad».

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.


℣.  Palabra del Señor.
℟.  Gloria a Ti, Señor, Jesús.


HOMILIA

10:06
Padre Don: Félix Castedo:

Sabemos todos porque lo hemos escuchado muchas veces, lo que significa la Palabra Evangelio. Está formada por dos palabras griegas el adjetivo «eu» que significa «Buena». Y el sustantivo «angelion» que significa Noticia» es la «Buena Noticia». Y a que se refiere en concreto, cuando pronunciamos la palabra Evangelio unas veces estamos hablando de un texto escrito. Otras veces estamos hablando del mismo mensaje. Es que lo comprende todo, comprende diríamos el Misterio de Jesús, la totalidad del Misterio de Jesús.

10:51
Padre Don: Félix Castedo:

El Hijo de Dios hecho hombre que nos habla, ..lo que no sabíamos sobre todo el amor inmenso que nos tiene el Padre y todo lo que nos dice y sobre todo lo que realiza. Y muy en concreto dentro de todo lo que Jesús hace y dice tiene un lugar especialísimo, los acontecimientos que estamos celebrando. El que hemos celebrado la semana pasada, la Pasión y la muerte Redentora de Cristo y sobre todo su Resurrección. A veces por desgracia nuestro pueblo Cristiano se emociona mucho ante las imágenes que nos muestran el dolor de la Pasión pero termina la semana de Pasión, termina el Viernes Santo y ya lo demás parece como que no importa.

11:39
Padre Don: Félix Castedo:

Pero si queda lo mejor, todo eso, todo el sufrimiento de Cristo no hubiera servido de nada si no hubiera Resucitado. No habría para nosotros entonces consuelo porque entonces el sufrimiento solo sería eso, sufrimiento. Incluido el nuestro, pero la Resurrección de Jesús es la que da sentido a todo. A la vida y la vida tal como es, este valle de lágrimas que decimos en la salve. Todo eso tiene sentido, Jesús ha dado sentido a todo y sobre todo ha iluminado toda nuestra existencia con la Resurrección. Esta es la tercera vez dice San Juan que se apareció Jesús a los Discípulos. Necesitó verles muchas veces para convencerles de algo que era increíble, sencillamente increíble.

12:37
Padre Don: Félix Castedo:

Es algo que no había ocurrido nunca, nunca jamás. Cuando les hablaba Jesús de padecer, eso por supuesto no lo entendían, como el Mesías que ellos esperaban que iba a ser triunfante. Podría estarles hablando de sufrimiento y de padecer, eso no podía ser. Por eso Pedro en una ocasión se enfrenta a Jesús y le dice ni hablar eso a ti no te puede ocurrir de ninguna de las maneras. Jesús va a rechazar lo que le dice como una tentación: «apártate de mí satanás, no piensas como Dios, piensas como los hombres». Es por lo tanto algo que no entraba en la forma de pensar del ser humano, y la Resurrección tampoco podían entenderla. Esa palabra a ellos no les decía nada, no porque no se hubiera pronunciado nunca.

13:31
Padre Don: Félix Castedo:

En el Antiguo Testamento se habla en alguna ocasión de Resucitar incluso hablando del Tercer Día, es el anuncio de lo que iba a ocurrir con Jesús. Pero al no haber ocurrido nunca nada semejante, no podían siquiera imaginar que era eso. Ahora tienen la experiencia, habían visto muerto a Jesús en la Cruz, algunos de ellos habían colaborado en su entierro. Lo habían llevado al sepulcro, cuando creían que todo había acabado como los de Emaus que se iban ya desilusionados. Resulta que llega la bomba, Jesús Vive y vive de una manera distinta, no necesitan abrirle la puerta para que Jesús entre. Se presenta de pronto y también desaparece de pronto.

14:22
Padre Don: Félix Castedo:

Y sin embargo no es un fantasma como Él mismo les hace ver, tocadme, ved que tengo carne y huesos no soy un fantasma. Ahora les hace rememorar, los inicios de su relación cuando Jesús pasando por el Lago de Galilea. Le pide a Pedro en una ocasión subir a la barca que la alejará un poco para poder hablar a la gente. Y después le invita «rema mar adentro echad las redes. Pero Señor si nos hemos pasado toda la noche, pero bueno en tu nombre las echaremos. Y realizaron una pesca abundantísima» Vuelve a ocurrir ahora lo mismo, habían pasado toda la noche sin coger absolutamente ningún pez. De nuevo Jesús pero en esta ocasión desde la orilla, «echad la red a la derecha de la barca y encontrareis y de nuevo una redada de peces tan grande que casi, casi se les hundía la barca».

15:24
Padre Don: Félix Castedo:

En aquella ocasión primera, Pedro reacciona con miedo, con temor, apártate de mi Señor que soy un pecador. Ahora, ya no hay miedo, ahora Pedro por adelantarse se echa al agua y se acerca a la orilla nadando. No espera a que vengan los demás, en la barca, es el Señor. Ahora la experiencia de haber conocido a Jesucristo, le ha cambiado. Él sigue siendo un pecador, había incluso en el Día de la Pasión había cometido un grave pecado había traicionado a Jesús. Pero Él sabía, que el Señor le sigue queriendo, como se lo va a demostrar, poco más adelante, le va a confirmar en su Ministerio. Han tenido la experiencia de lo que significaba haber conocido a aquel a quien un día confesó Pedro como el Mesías, el Hijo de Dios Vivo.

16:22
Padre Don: Félix Castedo:

Ahora sabían lo que significaba aquello, ahora habían visto el amor inmenso de Jesús que era reflejo del amor del Padre y han visto el poder de Jesús. No sólo curaba a los enfermos, incluso devolvía la vida a algunos muertos. Sino que Él Resucita de entre los muertos a una vida ya gloriosa para siempre. Entonces han comprendido algo muy muy importante, Jesús les ha cambiado la vida. El encuentro con Jesucristo ha sido determinante para ellos, en adelante su vida va a ser otra. En aquella ocasión «Primera Pesca» Jesús les va a llamar venid conmigo y os haré pescadores de hombres.

17:13
Padre Don: Félix Castedo:

Ahora comienza esa pesca, de hecho los Padres de la Iglesia comentan esta «Segunda Pesca milagrosa», como un símbolo de lo que es la Iglesia. Pedro y los demás Apóstoles van a echar las redes por todo el mundo y van a acudir tantos a esas redes. Van a entrar tantos que la red casi no lo puede contenerlos a todos. La pesca va a ser muy abundante ciertamente a lo largo de los siglos ha ido constantemente aumentando el número de los hijos de la Iglesia. Y con ser tan grande el número de peces la red no se rompe, en la Iglesia hay sitio para todos. Porque a todos los quiere reunir el Señor en un solo rebaño bajo un solo pastor.

17:59
Padre Don: Félix Castedo:

Pero esta noticia el fundamento que supone Jesús para la vida del ser humano no es solamente para ellos. Vemos la transformación de Pedro en como después de haber negado a Jesús por cobardía, por miedo a que le ocurriera lo mismo. Ahora cuando les prenden, les meten en la cárcel, por haber curado a aquel paralítico a la puerta de las murallas del templo. Y por haber dicho que era Jesús quien le había curado, los quieren juzgar y Pedro nos dice San Lucas lleno del Espíritu Santo con toda valentía les dice: «ha sido el nombre de Jesús a quien vosotros habéis crucificado. Dios lo ha resucitado, nosotros somos testigos.

18:51
Padre Don: Félix Castedo:

Por este nombre el nombre de Jesús este el paralítico, se presenta sano ante vosotros. Y ahora de nuevo echa el anzuelo Pedro a ver si puede pescar a aquellos que eran los mismos que habían condenado a Jesús a muerte. Vosotros los Arquitectos, habéis rechazado al que es y se ha convertido en la piedra angular. Jesús, es esa piedra que vosotros los Arquitectos habéis desechado pero que es la, piedra angular. He aquí el mensaje que nosotros tenemos que seguir lanzando a nuestro mundo. Los Arquitectos de nuestro mundo de hoy, los que lo construyen, a veces habría que decir los que lo destruyen. Lo hacen precisamente por haber rechazado en un gran número al que es la piedra angular.

19:50
Padre Don: Félix Castedo:

Cristo hoy no quieren que sea el fundamento de nada, piensan que es algo que pertenece al pasado. Y que para el futuro para la modernidad, no tienen nada que decir. Pero no es así, no se nos ha dado otro nombre que nos pueda salvar, afirma Pedro con todo el peso de su propia experiencia. Nada ni nadie nos puede salvar más que Cristo. Él es el que pone los fundamentos de una existencia auténticamente humana. Si no se escucha a Cristo, lo único que nos queda es perseverar en nuestro pecado, en nuestro egoísmo y por lo tanto en nuestra destrucción de toda fraternidad y de toda posibilidad de vivir anclados en lo único que salva. Que es el auténtico amor.

20:41
Padre Don: Félix Castedo:

Pedro es testigo y garante de esa transformación que no solamente le ha afectado a él o a Pablo por ejemplo. Otro que también cambió de la noche a la mañana, sino a todos los que a lo largo de la historia han creído en el nombre de Jesús. Todos ellos se han cambiado a sí mismos y han cambiado a la gente que tenían alrededor. Simplemente porque habían creído en el nombre, el único nombre que nos puede salvar, el de Jesucristo, Cristo Resucitado. Él es quien nos ha convocado hoy aquí a su alrededor, es Él quien nos ha hablado, es Él quien se nos ofrece en alimento.

21:25
Padre Don: Félix Castedo:

No tenemos como en casi todas las apariciones terminan con una comida. Es una alusión clara, a como en la Eucaristía precisamente es donde más con más claridad podemos encontrarnos con la persona de Jesús Resucitado y Vivo. Precisamente porque está vivo para siempre es a Él, a quien recibimos en la Comunión, es él quien nos vivifica a nosotros.

22:16
Padre Don: Félix Castedo:

Acudamos confiadamente al Padre de nuestro Señor Jesucristo que lo glorificó mediante la Resurrección de entre los muertos.


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martes, 3 de abril de 2018

03.04.2018 - Santa Misa en 13tv - José Blanco






Palabra de Vida 3/4/18:
«He visto al Señor y ha dicho esto»
Por Monseñor Don Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete




Camino Católico

Publicado el 9 abr. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 3 de abril de 2018, martes de la Octava de Pascua, presentado por Mons. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete, en el cual se comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Lucas 1, 26-38:

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».

El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».

Y el ángel se retiró.


Monseñor: Don Ciriaco Benavente


00:12
Monseñor: Don Ciriaco Benavente:

Buenos días, hoy martes de Pascua la Liturgia nos ofrece otra versión de las Apariciones. La tomamos de Juan, «María Madalena lleva en su corazón el dolor de una Ausencia». Están todavía tan vivas en la Retina de su Alma, las imágenes vividas el Viernes Santo. Ha madrugado para ir al Sepulcro, pero se queda perpleja al ver corrida la Piedra de Entrada. El Sepulcro está vacío, la misma Visión de los Ángeles vestidos de blanco, la deja sumida en la confusión.

00:47
Monseñor: Don Ciriaco Benavente:

A volverse ve a Jesús de pie pero no le reconoce. Ella busca un cadáver, «Mujer por qué lloras, ¿a quién buscas?», piensa que es el hortelano. «Señor si tú te lo ha llevado, dime ¿dónde lo has puesto? », y yo lo recogeré. Cuanta ternura en estas palabras, cuánto amor que ni siquiera la oscuridad de la muerte ha logrado apagar.

01:16
Monseñor: Don Ciriaco Benavente:

Querido amigo en tus horas de oscuridad, de silencio de dolor, de soledad, cuando parece que ya no hay respuesta, porque todo se hunde en el sinsentido. Es bueno dejar que resuenen en tí estas dos frases: «por qué lloras, a quien buscas?», quizá vuelvas a experimentar que donde tú solo ves muerte brota vigorosa la vida. «María», le dice Jesús, ella le dice: «¡Rabboni!» que significa maestro.

01:57
Monseñor: Don Ciriaco Benavente:

Ella quería abrazarle, retenerle pero tendrá que acostumbrarse a otra forma nueva de Presencia. No me retenga subo a mi Padre y vuestro Padre. Al Dios mío y Dios vuestro, la Magdalena se ha convertido en Apóstol, para los Apóstoles, Ella fue y Anunció a los Discípulos. «He visto al Señor y me ha dicho esto», una Mujer Evangelizadora, de los Evangelizadores que admirable.


Santa Misa del martes de la Octava de Pascua, 3 de abril de 2018




Camino Católico

Publicado el 3 de Abril 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Celebración de la Santa Misa del martes de la Octava de Pascua, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Inicio de la Santa Misa y Dedicación


00:40
Aleluya, es la fiesta del Señor:

℣.  ¡Aleluya, aleluya!
Es la fiesta del Señor.
¡Aleluya, aleluya!
el Señor resucitó.

Ya no hay miedo, ya no hay muerte,
ya no hay penas que llorar;
porque Cristo sigue vivo,
la esperanza abierta está.  ℟.

Cuando un hombre a tu lado
ya no sabe caminar,
no le dejes de la mano,
dale tu felicidad.  ℟.

Cuando alguien te pregunte
dónde está la libertad,
que en tus obras él descubra
que Jesús es quien la da.  ℟.

Si delante de los hombres
encendemos nuestra luz,
abriremos mil caminos
para la Resurrección.  ℟.

00:51
Padre Don: José Blanco:

℣.  En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

℟.  Amen.

00:56
Padre Don: José Blanco:

℣.  La Gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
el Amor del Padre y la Comunión
del Espíritu Santo,
estén con Todos Vosotros.

01:08
Padre Don: José Blanco:

Hermanos buenos días, sed bienvenidos a la Celebración de la Eucaristía de este martes de Pascua. Lo primero de todo es desearos unas Felices Pascuas, y lo segundo pues es que participemos todos, de la alegría y del gozo de la Resurrección. «Ese que ha sido Clavado en la Cruz, Vive y está en medio de nosotros». Como acaba de decir el Canto de Entrada es la Fiesta del Señor, porque Cristo ha Resucitado.

01:48
Padre Don: José Blanco:

Pues bien, con ese clima de alegría y de gozo, vamos a comenzar estos Sagrados Misterios. Pero primero vamos a purificarnos, pidiendo perdón al Señor por nuestros pecados.

℣.  Tú el Primogénito de entre los muertos
℟.  Señor, Ten Piedad

℣.  Tú el Vencedor del pecado y de la muerte
℟.  Cristo, Ten Piedad

℣.  Tú la Resurrección y la vida
℟.  Señor, Ten Piedad

02:36
Padre Don: José Blanco:

℣.  Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la Vida Eterna.

℟.  Amen.



02:46
Padre Don: José Blanco:

GLORIA en Latín

Gloria in excelsis Deo,
et in terra pax hominibus bonae voluntatis.
Laudamus te,
Benedicimus te,
Adoramus te,
Glorificamus te,
Gratias agimus tibi propter
magnam gloriam tuam,
Domine Deus, Rex caelestis,
Deus Pater omnipotens.

Domine fili unigenite, Jesu Christe,
Domine Deus, Agnus Dei, Filius patris,
Qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Qui tollis peccata mundi,
suscipe deprecationem nostram.


Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis.
Quoniam tu solus sanctus,
Tu solus Dominus,
Tu solus Altissimus, Jesu Christe,
Cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris. Amen.



GLORIA en Español

Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias.
Señor Dios, Rey Celestial,
Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre.
Tu que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tu que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestras súplicas.

Tu que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros.
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tu Señor,
Sólo tú Altísimo Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén




03:36
Padre Don: José Blanco:

Oremos.
Tú Señor que nos ha salvado
por el Misterio Pascual
continúa favoreciendo

con dones Celestes
a tu pueblo para que alcance
la libertad verdadera
y pueda gozar de la alegría

del cielo que ya ha empezado
a gustar en la tierra
por Nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo

que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es dios por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

04:21
Lectora de la Primera Lectura:


Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 36-41 1ª lectura: Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo.

04:24
Lectora de la Primera Lectura: - El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:

«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías». Al oír esto, se les traspaso el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:

«¿Qué tenemos que hacer, hermano?». Pedro les contestó:

«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro». Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:

«Salvaos de esta generación perversa».

Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unos tres mil personas.


℣.  Palabra de Dios
℟.  Te Alabamos Señor.

05:32
Lectora de los Salmos:


Salmo: Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 La misericordia del Señor llena la tierra.

05:34
Lectora de los Salmos:

℣.  La misericordia del Señor
llena la tierra.

℟.  La misericordia del Señor
llena la tierra.

℣.  La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
Él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.  ℟.

℣.  Los ojos del Señor
están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas
de la muerte y reanimarlos
en tiempo de hambre.  ℟.

℣.  Nosotros aguardamos al Señor:
Él es nuestro auxilio y escudo.
Que Tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperarnos de ti.  ℟.

℣.  Ofrezcan los Cristianos
ofrendas de alabanza
a la gloria de la víctima
Propicia de la Pascua

cordero sin pecado
que a las ovejas salva
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza

lucharon vida y muerte
en singular batalla
y muerto el que es la vida
triunfante se levanta

¿qué has visto en el camino
María en la mañana?
a mi Señor glorioso
la tumba abandonada

los Ángeles testigos
sudarios y mortaja
Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza

venid a Galilea
allí el Señor aguarda
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua

primicia de los muertos
sabemos por tu gracia
que estás Resucitado
la muerte en ti no manda

Rey vencedor apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria Santa

07:28
Padre Don: José Blanco:


Aleluya Sal 117, 24 Aleluya, aleluya, aleluya

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

℣.  Este es el día
que hizo el Señor;
sea nuestra alegría
y nuestro gozo.  ℟.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

08:09
Padre Don: José Blanco:


  Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18 Evangelio: He visto al Señor y ha dicho esto.

℣.  El Señor esté con vosotros
℟.  y con tu espíritu

℣.  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan
℟.  Gloria a ti, Señor

08:20
Padre Don: José Blanco:

En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.

Ellos le preguntan:

«Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les contesta:

«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice:

«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».

Jesús le dice: «¡María!».

Ella se vuelve y le dice:

«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!». Jesús le dice:

«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”». María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto».


℣.  Palabra del Señor
℟.  Gloria a Ti Señor, Jesús


HOMILIA

09:54
Padre Don: José Blanco:

Sentados un momento, estos días que estamos viviendos como os decía, pues son días de gozo y de alegría. Más que tiempo de reflexión es tiempo de anuncio. Anunciar que Jesús está vivo es lo que hace María Magdalena, dice una vez que hemos leído todo el relato del Evangelio de hoy termina diciendo: «María la Magdalena fue y anunció a los Discípulos». Es tiempo de anuncio, es tiempo de gritar, es tiempo de decir que en el Dios en el que nosotros creemos. Ha sido tan misericordioso como hemos dicho en el Salmo ha sido tan misericordioso que ha resucitado a Jesús de entre los muertos.

10:52
Padre Don: José Blanco:

Y esto es lo que da sentido a toda nuestra Fe. Es lo que hace Pedro en la Primera Lectura de hoy y cómo lo vamos a ir viendo en días sucesivos. Es «anunciar al que vosotros habéis crucificado», dice hoy Pedro «que toda la casa de Israel conozca, que al mismo Jesús, a quien vosotros Crucificásteis Dios lo ha constituido Señor y Mesías». Ese es el gran anuncio, que el Crucificado es ahora el Señor y el Mesías.

11:34
Padre Don: José Blanco:

Y eso es lo que da fundamento a toda nuestra Fe, eso lo dice ya San Pablo: «si Cristo no hubiera Resucitado, vana sería nuestra fe». No tendría sentido, porque habríamos conocido simplemente a un Jesucristo. Bueno, pues que era un buen hombre, que había transmitido unas enseñanzas fenomenales, que habían ido haciendo el bien, por donde pasaba. Sí, todo eso está muy bien, pero es que la Resurrección es la que le proclama Señor y Mesías.

12:13
Padre Don: José Blanco:

Y es en quien nosotros creemos, eso es lo que da sentido todo sentido a nuestra Fe. Y por lo tanto una vez que hemos conocido el Misterio y que por decirlo así se nos ha encendido la luz. Hemos comprendido todo lo que Jesús, para lo que Jesús había venido, lo que Jesús antes en su vida mortal había hecho. Ahora es cuando empezamos a reconocer que todo eso tenía sentido. Y ese tiene que ser por lo tanto como os decía hace un momento, el anuncio del Creyente. Que Cristo ha Resucitado y que Dios Padre lo ha convertido en el Mesías y el Señor. Y eso es lo que proclama Pedro y todos los Primeros Cristianos, lo que van proclamando.

13:09
Padre Don: José Blanco:

Digamos en qué tono lo diría Pedro, cuando nos dice en la Lectura: «al oír esto los judíos los que estaban por allí, se les traspasó el corazón». Es decir, debieron comprender «pero bueno, ¿qué hemos hecho?, hemos Crucificado al Mesías Prometido». A lo que había venido anunciandose a lo largo de los siglos anteriores en el Antiguo Testamento. «¿Qué hemos hecho?», y por lo tanto reaccionan diciendo: «¿que tenemos que hacer hermanos?» y qué es lo que les dice Pedro: «Primero convertíos, bautizados en el nombre del Señor Jesús y él os mandará a su espíritu que es el perdón de nuestros pecados».

13:59
Padre Don: José Blanco:

El don del Espíritu Santo, qué anuncios tan grande, que anuncios tan esperanzador, qué anuncio digamos tan lleno de perdón y de misericordia. Él os perdonará vuestros pecados y recibiréis el Espíritu Santo. Los que aceptaron esa palabra, termina la Primera Lectura de hoy pues se bautizaron. Y aquel día fueron agregadas unas 3000 personas, lo de menos ya es el número. Es el decir, es que la gente cuando oía predicar a Pedro y a los otros, se les traspasaba el corazón. Comprendían y decían: ¿que tenemos que hacer? y seguían las Palabras de los Apóstoles Bautizándose.

14:56
Padre Don: José Blanco:

Y ¿qué hemos leído, en esta sentencia tan hermosa, en esta secuencia tan hermosa? Que nos da un poco lo que es el sentido de la Resurrección de Cristo. «Lucharon vida y muerte en singular batalla y muerto el que es la vida, triunfante se levanta». Lucharon vida y muerte y muerto el que es la vida, porque Cristo es la vida. Pero Cristo ha tenido que pasar por la dura experiencia de la muerte. Y luchando en singular batalla, triunfante el que es la vida se levanta.

15:47
Padre Don: José Blanco:

«Venid a Galilea, porque es la promesa que hace». Volved a donde empezó todo, que todo empezó en Galilea. Venid a Galilea, allí el Señor aguarda, allí veréis los suyos la Gloria de la Pascua. Él les dice que vuelvan a Galilea, que allí seguirá apareciéndose y es lo que vamos a seguir leyendo a lo largo de esta Cincuentena Pascual. Como Jesús ya ha Resucitado, no abandona a los suyos se les aparece, les da consejos, les pregunta, como en el caso de Pedro. Si le aman, es decir vamos a ir viendo una serie de Apariciones donde nos va a estar dando ya el Jesús glorioso el Jesús resucitado.

16:39
Padre Don: José Blanco:

Nos va a estar dando una serie de consejos, de criterios para transformar nuestras vidas. «Rey vencedor», termina la secuencia «apiádate de la miseria humana. Da a tus fieles parte en tu Victoria Santa». «Apiádate de la miseria humana», reconocemos que somos miserables, que somos débiles, que cometemos si tenemos muchos fallos. Pero ahí está su gran misericordia y su gran amor que nos ha purificado, nos ha lavado, nos ha perdonado, nuestros pecados. Fijaos qué conmovedora es la imagen del Evangelio que hoy hemos leído.

17:35
Padre Don: José Blanco:

Conmovedora porque vemos a María Magdalena, lo primero llorando. Porque el que era su gran amor, ha muerto y está ahí en el Sepulcro. O debería estar en el Sepulcro, al ver que no está llora. «¿Qué ha pasado?, ¿dónde se han llevado a mi Maestro?» Y está llorando y por dos veces se le hace la misma pregunta. Primero esos dos Ángeles sentados uno la cabecera y otro a los pies, donde había estado el Cuerpo de Jesús. Le preguntan: «mujer por qué lloras» y ella le contesta, lo que estamos diciendo.

18:22
Padre Don: José Blanco:

Ella piensa que se han llevado el cuerpo de Jesús y pregunta: «¿dónde lo habrán puesto?». La misma pregunta, pero ahora es Jesús al que ella no reconoce. «Mujer por qué lloras», «¿a quién buscas?». O sea que debió ser tal, la visión de María, pues eso, tan conmovedora esa visión, tan estremecedora podríamos decir. Al verla llorar, que tanto los Ángeles como el propio Jesús, le hacen la misma pregunta. Ella no lo reconoce, pero volvemos a decir lo mismo, ¿con qué tono le diría Jesús a María la Magdalena? Ese María, «¿en qué tono se lo diría?» cuando ella le reconoce.

19:24
Padre Don: José Blanco:

Entonces ella se da cuenta de que el Jesús Glorioso, el Jesús que está Vivo, el Jesús Resucitado. Es el mismo de antes no es otro, es el mismo que había muerto en la Cruz. Es el mismo con el que ella había vivido singulares y maravillosos episodios de su vida. Es el mismo, ella le reconoce por la voz luego la voz era la del Jesús de su Vida Mortal. Y le reconoce y le adora, y por eso Jesús le dice: «no me retengas, no me toques», porque ahora ya es un Cuerpo Glorioso. «Porque todavía no he subido al Padre», pero anuncia.

20:24
Padre Don: José Blanco:

Fijaos también, la primera que ve a Jesús Resucitado, es una mujer. Y ¿cuál era el valor de la mujer, del testimonio de una mujer en aquellos tiempos? Era un testimonio nulo, sin embargo Jesús, a quien se le aparece primero es a una mujer. Y además le da esa encomienda, «ve a mis hermanos y diles subo al padre mío y Padre vuestro al Dios mío y Dios vuestro». Siendo el propio la diferencia entre Él que ya está glorificado y el resto de nosotros, que todavía seguimos siendo humanos.

21:08
Padre Don: José Blanco:

Bueno pues todo esto es lo que tenemos que meditar y reflexionar, durante estos días. Días de gozo de alegría y sobre todo de anuncio, Anunciar al mundo y a nuestra sociedad que nosotros seguimos al que Vive. Seguimos al Resucitado, creemos en Él, le Adoramos y Alabamos al Padre por el Gran Misterio que nos ha Revelado. Alabamos al Padre por el Gran Suceso, el Gran Acontecimiento, que nos ha hecho vivir. Vamos a experimentar ese gozo y esa alegría y anunciárselo a los demás.


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